A comienzos del siglo XX se constata la imposibilidad de garantizar el suministro a los pisos mas altos de las viviendas situadas en las zonas del ensanche: barrios de Salamanca, Chamberi y Cuatro Caminos situadas por encima de 670 metros, por eso surge la necesidad de construir el primer deposito elevado inaugurado en 1911 y en funcionamiento hasta 1952.
Gracias al bombeo del agua desde los depósitos subterráneos por medio de la energía suministrada por una central térmica se logra solucionar el problema.
La torre tiene forma cilíndrica con una altura de 36 metros y en su interior tiene una cuba metálica con una capacidad de 1500 metros cúbicos: un millón y medio de litros de agua.
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